El 13 de junio, Israel lanzó un ataque aéreo contra instalaciones estratégicas en Irán, horas después de que un informe de la ONU acusara al país persa de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear. La advertencia era clara: Teherán estaría cada vez más cerca de producir una bomba atómica. La respuesta israelí no se hizo esperar.
El documento, elaborado por el Organismo Internacional de Energía Atómica, señaló que las plantas de enriquecimiento de uranio de Irán superaron los límites permitidos. Para Israel, esto fue una línea roja. El gobierno de Netanyahu afirmó que no permitirá que Irán alcance capacidad nuclear militar.
Estados Unidos se involucra: operación “Midnight Hammer”
Durante el fin de semana del 21 y 22 de junio, EE. UU. se sumó a la ofensiva con bombardeos a instalaciones nucleares iraníes. La acción fue recibida con condenas de Rusia y China, mientras que Reino Unido y la UE defendieron la necesidad de frenar a Irán. Teherán, por su parte, afirmó que el daño fue mínimo y prometió represalias.

Impacto en los mercados y el petróleo
El conflicto sacudió los precios del petróleo. El barril de Brent subió un 7% ante la posibilidad de un cierre del Estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del suministro global. Los mercados bursátiles mostraron caídas leves y los activos refugio, como el oro, se apreciaron.
¿Cómo afecta a los fondos de pensiones?
Según AFP Habitat, estos episodios elevan la volatilidad de los mercados. Sin embargo, destacan que la diversificación global de sus portafolios mitiga los efectos de choques geopolíticos. Las inversiones están distribuidas en regiones, sectores y activos que permiten estabilidad relativa frente a escenarios de incertidumbre.
¿Hay oportunidades en medio del conflicto?
Desde el ámbito financiero, se observa que las sobrerreacciones del mercado podrían abrir oportunidades para inversionistas con horizontes de largo plazo. Los expertos monitorean dislocaciones de precios como posibles puntos de entrada atractivos.