Descubren un nuevo dinosaurio del tamaño de un perro que revela secretos de la diversidad jurásica

Un nuevo dinosaurio, Enigmacursor mollyborthwickae, sorprende por su agilidad y tamaño. Vivió en América del Norte hace 145 millones de años.

Tomás Reyes Figueroa
8 min
Descubren un nuevo dinosaurio del tamaño de un perro que revela secretos de la diversidad jurásica
Nueva especie de dinosaurio del tamaño de un perro desafía teorías evolutivas.

Un nuevo dinosaurio del tamaño de un perro como el beagle o border collie ha sido descubierto, generando gran interés en la comunidad científica. Este dinosaurio ha sido nombrado Enigmacursor mollyborthwickae, una especie pequeña y ágil que habitó América del Norte hace más de 145 millones de años. Los restos de este dinosaurio cuentan una historia diferente en comparación con otros dinosaurios de menor tamaño. La investigación fue liderada por la profesora Susannah Maidment y el profesor Paul Barrett del Museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido. El equipo utilizó tecnología avanzada para examinar el esqueleto del dinosaurio, y los hallazgos fueron publicados en la revista Royal Society Open Science.

Para los científicos, el esqueleto de Enigmacursor mollyborthwickae representa “el completo nombrado de su clase” y sirve como guía para comprender a todos los dinosaurios ligeros que hasta ahora permanecían ocultos bajo tierra. Este dinosaurio medía cerca de un metro de largo y no llegó a convertirse en adulto, lo que se evidencia en varios de sus huesos que habían comenzado a fusionarse. Se cree que vivía en las cercanías de ríos y llanuras durante el Jurásico Tardío, y debía moverse ágilmente para esquivar a los gigantes depredadores de su época. Los autores del estudio señalaron que “sus largas piernas le permitían a este pequeño herbívoro escapar de los peligros, siempre manteniéndose un paso adelante de los depredadores”.

En una conversación con Infobae, el doctor Fernando Novas, investigador del Conicet y de la Fundación Félix Azara, comentó tras leer el trabajo: “El Período Jurásico representó un momento de enorme expansión en la diversidad de los dinosaurios. Se registraron las primeras formas gigantes, tanto herbívoros como carnívoros”. Sin embargo, el rol de los dinosaurios pequeños fue mayoritariamente cumplido por un grupo llamado ornitisquios, como el género que se encontró en Patagonia, Argentina, así como en Antártida, África y Australia, donde también se hallaron linajes relacionados. Esto revela claramente que los dinosaurios medianos eran abundantes en diversos continentes del hemisferio sur, explicó Novas. Además, el científico añadió: “Seguramente, nuevas exploraciones que se realicen en Argentina en los próximos años permitirán documentar mucho más sobre cómo fue la evolución de estos formidables reptiles extinguidos”.

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El nombre Enigmacursor fue elegido por los investigadores debido a las características del dinosaurio. La palabra se deriva de dos partes: enigma, que significa “misterio”, y cursor, que en latín significa “corredor”. Se seleccionó este nombre porque representaba un verdadero misterio y, debido a sus patas ligeras, era un corredor muy rápido, lo que se traduce como “corredor misterioso”. La segunda parte del nombre es un homenaje a Molly Borthwick, quien realizó una donación que permitió la compra y exhibición del dinosaurio en el museo.

Durante mucho tiempo, los paleontólogos centraron su atención en los gigantes espectaculares de la Formación Morrison, como el Stegosaurus y el Diplodocus, dejando en segundo plano a los dinosaurios más pequeños. Esta formación se encuentra en el oeste de los Estados Unidos y es una región geológica extensa. Durante el Tardío Jurásico, hace unos 150 millones de años, esta zona estaba cubierta por aguas inundadas. Los dinosaurios diminutos despertaron poco interés, tanto en el público como en los registros fósiles, y los animales ágiles pasaron desapercibidos en los registros fósiles. El primer intento de clasificar uno de estos dinosaurios comenzó en 1877, cuando se encontraron restos de Nanosaurus en arena endurecida en Colorado.

Nanosaurus se basa en muchos fósiles, pero principalmente en impresiones preservadas que resultan difíciles de estudiar”, recordó Barrett. Esto llevó a que diferentes fósiles de distintas épocas se agruparan sin certezas de si realmente pertenecían a la misma especie. El problema surgió cuando estas decisiones recibieron el nombre de “enredo taxonómico”, lo que dificultó el trabajo científico. Con las herramientas de análisis modernas, los científicos tuvieron grandes complicaciones para separar y reconstruir el árbol genealógico de estos dinosaurios. El objetivo del estudio fue repensar esos análisis, examinando cada hueso con técnicas actuales y comparando datos mediante escaneos 3D. Buscaron responder a la pregunta básica y crucial: ¿a quién pertenecen realmente estos restos históricos? Así pudieron distinguir y dar un nombre definitivo a los dinosaurios que habían sido confundidos durante tanto tiempo.

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Los restos de Enigmacursor mollyborthwickae fueron encontrados entre 2021 y 2022 en tierras privadas de los Estados Unidos. Fueron adquiridos legalmente por el museo, donde los expertos realizaron un análisis exhaustivo. Estudiaron las patas, la cadera, la columna y los brazos, observando detalles únicos y diferencias fundamentales respecto a otros dinosaurios cercanos. Se utilizó escaneos 3D para digitalizar y compartir los hallazgos con el mundo entero. En el estudio, confirmaron que el dinosaurio probablemente era joven, ya que parece tener muchos arcos neurales fusionados, lo que indica que estaba en crecimiento. También revelaron que los rasgos de la cadera coincidían con los que justificaron la creación de una nueva especie. Además, comprobaron que el dinosaurio tenía señales de enfermedad y marcas de ataque, lo que enfrenta limitaciones ligadas al estado del fósil antes de su llegada al museo. Muchas características quedaron cubiertas por la técnica de preparación, lo que dificulta saber la exactitud de la edad y la causa de la muerte del animal. “No hay evidencias de heridas o enfermedades en los huesos”, informó el equipo. Creen que existen esqueletos similares esperando una descripción formal en museos de todo el mundo. Se planea analizar y sumar nuevos descubrimientos a partir de los avances tecnológicos, lo que muestra que todavía hay mucho por descubrir, incluso en áreas que se consideran bastante estudiadas, sostuvo Maidment. Consultado el paleontólogo Sebastián Apesteguía de Argentina, especificó que en el sur varias especies se caracterizaban por tener una pelvis parecida a la de las aves, que a veces presentaban picos y estructuras para alimentarse de plantas. “Uno de ellos es Manidens condorensis, que vivió entre 171 y 167 millones de años atrás en el actual territorio de la provincia argentina de Chubut. Otro es Jakapil kaniukura, un ornitisquio tireóforo basal, que vivió aproximadamente entre 97 y 94 millones de años atrás en lo que hoy es Río Negro“, recordó. El experto resaltó que “durante el Cretácico (que siguió al Jurásico) se diversificaron los anquilosaurios, estegosaurios e iguanodontes variados”.

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