El exfutbolista Mauricio Pinilla fue entrevistado por Pamela Díaz en su programa ‘Sin Editar’, donde abordó diversos temas, incluyendo su separación de varios años con su esposa, Gissella Gallardo, con quien se reconcilió a principios de 2025. Durante la conversación, Pinilla compartió su experiencia personal, revelando que atravesó un periodo de depresión severa y crisis de pánico. En sus propias palabras, “estuve con una depre supergrande, con crisis de pánico. Entraba al estudio (a trabajar) y me bajaba la crisis de pánico y no podía trabajar. Se me aceleraba el corazón, las manos mojadas, se me apretaba la cabeza, no podía hablar, no podía expresarme”.
La lucha personal de Mauricio Pinilla
Pinilla relató que durante este tiempo difícil, se sintió abrumado por múltiples factores. “Se me juntó todo, me porté como el pi… Estuve haciendo cosas que no tenía que hacer, me aislé, me encerré con mi mamá que tenía cáncer de laringe, no salía, no hacía vida social. Me ponía a chupar solo en la casa”, recordó. Este aislamiento y la falta de interacción social lo llevaron a un estado de angustia profunda.
El exfutbolista también expresó su dolor por la desconexión con sus hijos, afirmando: “Lloré un montón, sufría porque estaba perdiendo mi vida. Me veía lejos de los niños, no me pescaban, yo no los pescaba a ellos, no tenía contacto físico con ellos. Me estaba volviendo loco”.
La perspectiva de Gissella Gallardo
Tras la difusión de la entrevista, Gissella Gallardo también compartió su perspectiva en un programa de Canal 13. Ella confesó que sus hijos estaban sufriendo debido a la situación familiar, mencionando que incluso consideró la posibilidad de que ellos terminaran el año escolar antes que sus compañeros. “Lo estaban pasando muy mal porque aparte estaba enfermo mi papá, su papá había desaparecido, como cuenta él, no tenía ganas de verlos… se vino todo junto”, explicó Gallardo.
Además, Gissella reveló que el psiquiatra de los niños le recomendó que mantuviera a sus hijos alejados de Pinilla, ya que él representaba un riesgo para ellos. “Me dijo, ‘Gissella, lamentablemente hoy día él no está en condiciones’. Podía ser un riesgo para él, para los niños, para todos. Él estaba con una depresión muy grande, entonces yo estaba así cómo, ‘¿Qué hago?”.
La situación se complicó aún más con la muerte del padre de Gissella, lo que la llevó a asumir la responsabilidad del tratamiento de Pinilla. “Después murió mi papá, y después tuve que hacerme cargo del tratamiento de Mauricio. Ha sido todo bastante fuerte”, concluyó Gissella, reflejando la carga emocional que ambos han enfrentado en este proceso.