La influencia de las emociones en la salud mental puede ser más contagiosa de lo que se piensa. Aunque no se propague como un virus, la tristeza y el desánimo pueden transmitirse entre las personas, creando lo que se conoce como “ambientes tóxicos”. Este fenómeno ha sido analizado por expertos en salud mental, quienes destacan la importancia de las relaciones sociales en la propagación de estados anímicos negativos.
Contagio emocional y salud mental
La médica psiquiatra Alejandra Gómez, coordinadora del Departamento de Psicosis de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explicó que la depresión se caracteriza por síntomas como la tristeza y la anhedonia, que es la pérdida de placer e interés en realizar actividades. Estos síntomas deben persistir durante un periodo mínimo de tres semanas y suelen ir acompañados de cambios en el sueño, el apetito y un deterioro en el funcionamiento social.
Gómez añadió que, en un sentido metafórico, se puede hablar de “contagio” emocional, ya que el entorno y los lazos sociales influyen en el estado anímico de las personas. “La convivencia y la relación con una persona deprimida pueden producir predisposición a la angustia, el desánimo y una sensación de atrapamiento en un vínculo complejo”, afirmó. La doctora también mencionó que la soledad y el aislamiento pueden intensificar estos sentimientos, llevando a una especie de “contagio” de la desesperanza.
Impacto de las relaciones en la salud mental
El psicólogo clínico Pablo Rafael Santangelo, supervisor e integrante de la Fundación Aiglé, describió el contagio emocional como un fenómeno que se produce principalmente al compartir empatía y emociones con quienes nos rodean. “Estamos expuestos constantemente a ambientes cargados de irritabilidad, lo que puede afectar nuestra manera de actuar y predisponernos a estados de ánimo bajos”, explicó Santangelo, quien también es docente e investigador en la Universidad Nacional de Mar del Plata.
La ciencia respalda estos efectos. Un estudio publicado en la revista Exploratory Research and Hypothesis in Medicine encontró una relación entre la depresión y las cepas bacterianas compartidas, así como niveles alterados de la hormona del estrés en parejas recién casadas. La psicóloga clínica Hillary Ammon, del Centro de Ansiedad y Bienestar Emocional de la Mujer, afirmó que las personas que nos rodean influyen en nuestro estado emocional. “Si tu cónyuge o compañero presenta comportamientos depresivos o ansiosos, es probable que notes algunos de esos patrones en ti mismo”, indicó.
Reconociendo el impacto emocional
Santangelo sugirió que es importante estar atentos a las señales de malestar que pueden ser provocadas por la influencia de otros. Algunas de estas señales incluyen cambios en el ánimo, momentos de apatía, sensación de agotamiento mental y dificultad para disfrutar de actividades que antes resultaban placenteras. También pueden aparecer problemas para dormir y concentrarse, lo que puede llevar a descuidar el propio bienestar.
Para preservar la salud mental mientras se brinda apoyo a otros, los expertos recomiendan ofrecer contención sin descuidar el propio bienestar. Santangelo aconsejó que, si una persona está atravesando una situación depresiva, es recomendable buscar consulta psicoterapéutica, tanto para la persona afectada como para su pareja o familia. Esto puede ayudar a poner en palabras los conflictos inconscientes y los afectos que pueden estar en juego.
Estrategias para el autocuidado
El psicólogo también destacó la importancia de cuidar de uno mismo durante episodios difíciles. Algunas estrategias recomendadas incluyen establecer límites saludables, fomentar la búsqueda de ayuda profesional, tener espacios personales y practicar el autocuidado. Santangelo concluyó que “querer cuidar de uno mismo es el primer paso para poder ayudar a los demás”.