Los calambres musculares son un fenómeno que afecta a deportistas de todos los niveles, desde aficionados hasta profesionales, y la ciencia continúa investigando sus causas y formas de prevención. Aunque no se comprende completamente por qué ocurren, se ha identificado que varios factores pueden contribuir a estas dolorosas contracciones involuntarias. La investigación sugiere que una combinación de hidratación adecuada, un aporte de sales y el control de la fatiga pueden ayudar a disminuir la aparición de calambres en los deportistas. Según datos citados por Sportlife, casi el 40% de los maratonianos ha experimentado espasmos en algún momento de su vida, y uno de cada cinco los sufre durante una carrera. En línea con estas cifras, una revisión publicada en la revista Sports Medicine indicó que la incidencia de calambres puede alcanzar el 50% en corredores de maratón y el 67% en triatletas.
Factores que contribuyen a los calambres musculares
No existe una única causa definida para los calambres musculares, pero los estudios han centrado su atención en el papel de las bebidas que contienen hidratos de carbono y electrolitos como posibles medidas preventivas. De acuerdo con una investigación publicada en el Journal of the International Society of Sports Nutrition, aquellos que consumieron este tipo de soluciones durante el ejercicio presentaron menos calambres y tardaron más en desarrollarlos en comparación con quienes solo se hidrataron con agua. Este fenómeno se observa tanto en atletas profesionales como aficionados. Un estudio informó que el 82% de los participantes tuvo calambres, y cifras similares se observaron en una muestra de 210 triatletas de Ironman.
Deshidratación y otras causas
Durante años, la deshidratación fue considerada la principal causa de los calambres musculares, especialmente en condiciones de calor extremo. Se han documentado numerosos casos desde hace más de un siglo entre trabajadores expuestos a altas temperaturas, como mineros. Sin embargo, estudios posteriores mostraron que el consumo de agua no reducía la aparición de calambres, mientras que el uso de minerales sí lo hacía. Esto llevó a considerar la hiponatremia —un bajo nivel de sodio en sangre— como un factor clave. Aun así, esta explicación no abarca todos los casos.
“Seguramente muchos de nuestros lectores recordarán casos de calambres musculares que ocurrieron sin que hiciera calor, y estaban deshidratados”, afirmó Pedro Valenzuela, investigador de la Universidad de Alcalá, en declaraciones recogidas. Esta observación ha dado impulso a otras hipótesis, como la de que la hiperactividad del sistema nervioso podría generar señales erróneas a los músculos, provocando calambres. Este enfoque está respaldado por la teoría neuromuscular alterada propuesta por Schwellnus, que plantea que los calambres son causados por un desequilibrio entre las señales excitatorias e inhibitorias del sistema nervioso, acentuado por la actividad muscular.
El papel de las bebidas deportivas
Las bebidas deportivas han sido objeto de estudio en relación con la prevención de calambres. Tradicionalmente, se ha recomendado su consumo, pero investigaciones recientes sugieren que desempeñan un papel importante al retrasar la fatiga. Universitarios fueron sometidos a un protocolo diseñado para inducir calambres localizados en los músculos gemelos bajo condiciones de alta humedad. Un grupo recibió una bebida con 56 gramos de electrolitos, mientras que otro no recibió ninguna bebida. Ambos grupos experimentaron calambres, pero el tiempo hasta que ocurrieron fue significativamente mayor en el grupo que consumió la bebida: 37 minutos frente a 15 minutos. Estos resultados son consistentes con hallazgos previos de Miller, que sugieren que los calambres pueden ser inducidos por la deshidratación. Además, un estudio publicado en BMJ Open Sport & Exercise demostró que rehidratarse puede aumentar la susceptibilidad a calambres, lo que reduce ese riesgo. Las bebidas deportivas ayudan a mantener estable el nivel de sodio en sangre durante el ejercicio, lo que puede explicar su efecto protector contra los espasmos prolongados.
Interacción de factores
Los estudios analizados muestran que la aparición de calambres no depende de un único factor, sino de la interacción de varios: el equilibrio de sales, el entrenamiento y la respuesta del sistema nervioso. Sin embargo, las limitaciones de los estudios, como la imposibilidad de aislar un componente específico y la variabilidad individual, dificultan el establecimiento de una receta única para prevenir los calambres. Para las personas activas, la recomendación clara es que durante actividades físicas prolongadas de alta intensidad, es conveniente consumir bebidas que contengan electrolitos, ya que esto puede contribuir a reducir la fatiga y, según la información disponible, la frecuencia y severidad de los calambres musculares.